Amables Talleristas; a modo de aporte general sobre el autor de Hokusai y su obra me pareció útil compartir este hallazgo.

El texto siguiente fue escrito por el Bocha Benavides en 1976 para la revista Hispamérica pero no fue publicado, tal vez por falta de espacio u otras razones editoriales (el número 16 de la revista, de abril de 1977, incluía una "Muestra de poesía uruguaya actual" a cargo de Hugo Verani, se puede consultar la edición online ingresando a través del portal Timbó). Recién se publicó junto a una nota crítica de Pablo Rocca sobre El molino y el agua en el semanario Brecha en 1994. Transcribo entonces las palabras del Bocha:





Antecedentes para una poética

Si parto de la base de que cada hombre es una interpretación del mundo, se entenderá mejor lo de “una” poética y no La Poética. Cuando tuve conciencia de la necesidad de escribir poesía, predominaban en mi país y en gran parte de Hispanoamérica, las influyentes voces de Neruda, Vallejo, García Lorca, Juan Ramón Jiménez; Rilke y Eliot, y algún otro nombre. Claro que no sólo habría que fijarse en las múltiples incitaciones o influencias que llegaron del exterior, ya sea de otro país latinoamericano, del mundo de habla inglesa o del resto de Europa. Porque también los modelos pueden aparecer dentro del país, como veremos. Soy un poeta (y pintor) provinciano. He vivido siempre en el Interior, lejos de Montevideo. Esas influencias, sobre todo las primeras, muy marcadas en la capital, se dieron tímidamente en el Interior.

Pesaron en mi formación la poesía trovadoresca y de los Cancioneros (“Yo vengo de un fondo viejo/con Berceo a la nariz/y endulzó la villanesca/el agrio son del país” *).

Rectifiqué rumbos y aprendí formas en los metafísicos ingleses (principalmente en John Donne). Sobre éste deseo subrayar la audacia de sus imágenes, recurriendo a imágenes novísimas en su tiempo, para proyectar difíciles abstracciones: en The Second Anniversary, la joven muerta en una mohosa pieza de artillería destrozada, y el alma, que escapa hacia su centro, es la bala solitaria en vuelo. (…) En el blasón de este poeta inglés campeaba la divisa –en español-: “Antes muerto que mudado”. Mi trasfondo cristiano encontraba en Donne una audacia de perspectiva que era plenamente asimilada y compartida. Mi permanente conflicto de hombre que cree y reniega de su creencia se identificaba con los conflictos religiosos y humanos de Donne.

Por otra parte, el descubrimiento de la poesía de Ezra Pound (los Cantos fundamentalmente), a fines de los cincuenta, me lanzó a una poesía que siempre había vislumbrado; poesía que revalora y actualiza las grandes tradiciones literarias (reencontraba allí mis aficiones trovadorescas) y utiliza seriamente y sin pintoresquismos la gran tradición sino-japonesa, los epigramáticos latinos (Propercio, Catulo). Poesía que acepta como a una hermana a la semiótica, al collage o a la paráfrasis de la mera traducción. Poesía que integra lo homérico al dato contemporáneo (como el Ulysses, como el Adán Buenosayres).

Ávido lector, desde niño, del modernismo hispanoamericano, me aproximé a sus renuevos en López Velarde y José Juan Tablada (mexicanos). En uno veía (una vez más) el conflicto de carne y espíritu, “la mitra y la válvula”, en una voz admirablemente provinciana (y con el sello de mi admirado Laforgue). En el otro me encantaba su búsqueda, su olfato para lo verdaderamente nuevo; casi a la par de Apollinaire, estaba escribiendo caligramas y experimentando los valores del blanco de la página. Sólo Vicente Huidobro (¿tal vez Girondo?) llegó después más lejos en Altazor.

En otra vertiente (vivo en un departamento cercano a la frontera brasileña) leía y releía el otro modernismo, el brasileño, surgido en la famosa Semana de Arte de San Pablo, en 1922. Lección que, en su aspecto fundamental, mejoraba el primer movimiento “antropofágico” –el de Darío y su “cosmopolitismo selectivo” – a través de Oswald de Andrade, Mario de Andrade, Murilo Mendes y sus continuadores o contradictores Ricardo Cassiano, João Cabral de Melo Neto, Ferreira Gullar; y el sobresalto y la toma de conciencia del trabajo de los concretistas (Haroldo y Augusto de Campos, Decio Pignatari) y sus ramificaciones polémicas y creativas: Poesía-Praxis, Poesía-Proceso, Poesía-Constelación (Mario Chamie, Edgar Braga, etcétera). Y así llegar hasta los más jóvenes poetas actuales, que analizan severamente al Concretismo, pero también aprovechan sus logros (…).

A todo esto debo sumarle el gran ejemplo de Guimarães Rosa, el novelista-poeta de mayores alcances en su tentativa de recrear un mundo al recrear un lenguaje. Sí, como él dijo: Goethe tamben fou sertanejo”; y debemos estar alertas a éstas, sus reflexiones: “Cada autor debe crear su propio diccionario”. “Nadie escapa a este desafío, so pena de no estar a la altura de su tarea como escritor”. Creo también que debe conocerse a Macedonio Fernández y sus Papeles de Recienvenido, no frecuentarlo (al menos conocerlo) es una forma miserable de limitación. De esto se desprende –con naturalidad– que debemos frecuentar y conocer a su discípulo genial, Jorge Luis Borges. (…)

Por mi origen (hijo de un folclorólogo y músico popular) la tradición de aluvión de una pequeña república sureña, se amalgamaba a múltiples lecturas e incitaciones, y principalmente a la lectura de los escritores que he ido nombrando en estas páginas. Hasta dónde se asimilaron folk y poetas y narradores de distintas latitudes, contestará mi obra y no yo.

En un poema inédito digo: “Poesía es la quinta pata del toro alado asirio”. Creo que ahí sugiero lo que me parece este “oficio o arte monótono”. Los objetos, las cosas al entrar en la dimensión de la poesía (del lenguaje) se modifican, se desdoblan, pasan a ser otros objetos, otras cosas. De la misma manera que los escultores asirios resolvieron el problema de la perspectiva agregándole una quinta para al toro alado; así los objetos las cosas de la realidad fijados por la palabra (por la poesía) son a lo sumo imágenes de esos objetos y cosas, son ellas, pero siempre estará latente la posibilidad de que sean otras cosas también. Y esto es válido para el mundo exterior tanto como para lo abstracto. Este es un asunto que se resuelve con palabras. Pero la organización de las mismas va más allá de un golpe de suerte, de la efusión cordial o de la inteligencia. Va ás allá aun de aquel “algo que se nos da”  de Valéry o de la mentada inspiración. Y esto habría que terminarlo con un enigma como la canción de Federico: “Cuando se perdió en el agua/comprendí. Pero no explico”.

Tacuarembó, setiembre de 1976.

*  Versos del texto “Las diferencias”, de Las milongas (primera edición, 1965).



Comentarios

  1. Síntesis perfecta de Benavides , en su cosmogonía literaria une lo telúrico de sus pagos con lo místico ,a la feria de TristánNarvaja y sus montevideaneces con Li Po y la herencia poética del Lejano Oriente;Poeta de emergencias y de su tiempo como también de verso de manantial sereno""como decía don Antonio Machado. Fue digno ejemplo de coherencia de vida .Descanse en paz dondequiera que esté.

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  2. quien es Sandokan??? Entran con sudónimo?

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    1. Soy Anselmo , pseudónimo de un blog mío ,cómo soy un burro en internet y en tantas cosas de la vida , decidí no tocar nada y no violentar a nuestra santa Informática ,el miedo al infierno fue suplantado por el castigo a quedar excluído de la comunicación internaútica.


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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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    1. Sandonake sono io , il faccia bruta di Anselmo.
      il pirata del quartiere Krüger (erroneamente chiamato Goes)

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    2. Muy bien Anselmo, hoy con el zoom, nuestro Sandokan fracasó, esperamos verte la próxima.

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    3. Después de varios intentos los vi y escuché pero me bloquearon el video y el audio.La tecnología es un gran escollo para mí.

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  4. http://radiouruguay.uy/90-anos-de-washington-benavides/ Bocha recita sus poemas

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